jueves, 15 de abril de 2010

3.-RECETA DEL EMPLEO Y DEL PASTEL DE ZANAHORIA

He de reconocer, que lo de “ingeniera doméstica”, en mi caso, sería un título pretencioso. Cuando estudiaba, llegué a disfrutar de las matemáticas por la belleza de los conceptos, aunque siento un firme rechazo por la complicada economía. Einstein decía que “No entiendes realmente algo a menos que seas capaz de explicárselo a tu abuela.” Y yo me pregunto si los economistas son capaces de explicársela a sus abuelas. Hasta ahora, no había sentido la necesidad de pensar seriamente en estos temas. Pongo la radio y oigo hablar a los políticos de las consecuencias de la grave crisis económica. Afirman que para combatir la crisis hay que concentrarse en la creación de puestos de trabajo. ¿Pero es que acaso no es obvio que el problema no es la falta de trabajo, sino de flujo de dinero?
Está claro que la fuente del trabajo es inagotable. Partiendo de la base de que los ingredientes fundamentales del trabajo son energía y tiempo, podríamos poner el ejemplo siguiente:
Si tuviéramos que excavar un hoyo en la tierra en un tiempo determinado.
-Podríamos utilizar un trabajador con una excavadora.
-Si queremos aumentar el empleo, podremos utilizar más trabajadores con palas.
-Si, aún así, necesitamos aumentar el empleo podremos utilizar aún más trabajadores con cucharas, por ejemplo.
Esto es indiscutible, pero también sería absurdo que teniendo una excavadora tuviéramos que utilizar cucharas para aumentar el empleo.
En momentos de bonanza económica, en los que una población dispone de dinero, las tasas de desempleo son muy bajas. Por ejemplo entre los años 80 y 90, España recibía subvenciones europeas. Además celebramos las Olimpiadas en Barcelona y la Expo en Sevilla trayendo consigo importantes inversiones y aumento del flujo de dinero en circulación. Eran momentos de alegría económica, no sólo había trabajo para los españoles sino que además se demandaba empleados del extranjero. Está claro que, en momentos en los que circula el dinero en abundancia, cualquiera puede contribuir en la producción de empleo. Pongamos el ejemplo de una familia media española. En tiempos de bonanza puede contratar ayuda doméstica, profesores particulares para los hijos, comer en restaurantes, peluquerías, modistas, gimnasios, viajes, hasta puede crear empleo ofreciendo trabajo a un estudiante para que saque el perro a pasear … ¿Cómo pueden los políticos decir que para luchar contra la crisis hay que crear puestos de trabajo?
¡NO HAY EMPLEO PORQUE NO HAY SUFICIENTE DINERO CIRCULANDO!
Por nombrar solo un ejemplo, en los hospitales hacen falta médicos y, sin embargo, cierran plantas por los recortes. Los médicos están en sus casas frente al ordenador enviando currículums al extranjero...
En el sistema económico en que nos encontramos inmersos, no se puede crear empleo si falta uno de los ingredientes fundamentales: “el dinero”.


RECETA DE EMPLEO

Ingredientes
-“Empleador” (con intención de cubrir una necesidad viable)
-Dinero
-Empleado (que realiza el trabajo)

Elaboración
Una vez que el empleador dispone del dinero necesario, el empleado se incorpora al trabajo por el que será remunerado con la cantidad acordada previamente entre ambos.


Y para endulzaros la tarde, hoy voy a contaros también mi receta canadiense del delicioso pastel de zanahoria.

RECETA DEL PASTEL DE ZANAHORIA

Ingredientes
-1 vaso (de los de agua) de azúcar
-1 vaso de aceite (en Canadá la preparan con aceite de maíz o de soja, aunque también se puede utilizar de oliva)
-3 huevos
-1 vaso y un tercio de harina
-1/2 cucharadita de sal
-1 y 1/3 cucharadita de bicarbonato
-1 y 1/3 cucharadita de levadura en polvo
-1y 1/3 de canela
-2-4 zanahorias grandes

Elaboración
Se mezclan el azúcar y el aceite y se le añaden los huevos. A continuación se le añaden el resto de los ingredientes y después las zanahorias ralladas. Se cuece en el horno a 175º durante 35 minutos aproximadamente. Cuando esté frío se cubre con la cobertura de queso.

Para la cobertura
Se bate una tarrina de queso de nata con ¾ de azúcar y vainilla al gusto.